Jesús rechaza la gloria humana. Es una tentación que con frecuencia puede aparecer en nuestra vida ordinaria: buscar el éxito en el trabajo, en lugar de hacerlo para agradar a Dios;
querer ser el centro de atención; complacernos en que hablen bien de nosotros y nos alaben...
Es la tentación de robar a Dios la gloria que sólo a Él le corresponde.
Cuando la sientas, dile: La gloria para Ti, Señor.
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