viernes, 21 de diciembre de 2012

Practicar la Justicia


Mat 6:1  Mirad que no hagáis vuestras limosnas delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tenéis recompensa de vuestro Padre que está en el cielo. 

Mat 6:2  Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados de los hombres; de cierto os digo: Ya tienen su recompensa. 
Mat 6:3  Mas cuando tú des limosna, no sepa tu mano izquierda lo que hace tu mano derecha. 
Mat 6:4  Que tu limosna sea en secreto, y tu Padre que ve en lo secreto, Él te recompensará en público. 
Mat 6:5  Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres. De cierto os digo: Ya tienen su recompensa. 
Mat 6:6  Mas tú, cuando ores, entra en tu alcoba, y cerrada tu puerta ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en público. 
Mat 6:16  Y cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para parecer a los hombres que ayunan. De cierto os digo que ya tienen su recompensa. 

Mat 6:17  Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro;Mat 6:18  para no parecer a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en público. 
Los hechos de nuestro mundo y las palabras de Jesús llegan a nuestro corazón para despertarnos de la rutina, para ser conscientes de lo que sucede alrededor y para ayudarnos a escuchar la voz de Dios en nuestro interior que nos pide compromisos de lucha por la justicia. 
Siempre es tiempo de empezar a practicar la justicia que Dios quiere. ¿Qué sistema de limosnas hemos sido capaces de organizar en los países desarrollados hacia las gentes del Sur, para que nuestro nivel de vida siga aumentando y a la vez afirmemos que nos preocupa su desarrollo y su futuro? 
Pedimos a los organismos públicos que concedan el 0,7 % del presupuesto para cooperación y desarrollo y sabemos que muchos de estos países beneficiarios de las ayudas tienen que devolver mucho más dinero en concepto del pago de los intereses de la Deuda Externa que sus gobiernos anteriores han contraído. 
¿Es ésta la justicia que Dios quiere? Ante nuestros gobiernos e instituciones tenemos el derecho y el deber de denunciar esta hipocresía con la que se actúa en cooperación internacional. Pero no debemos perder la oportunidad para revisar si nuestros compromisos con el desarrollo de muchos pueblos del Sur son auténticos o están acompañados de apariencias. 
Nuestro estilo de vida, nuestro consumo, ¿está fomentando el negocio de la Deuda Externa para seguir explotando a los pobres? 

Hoy Jesús nos invita a construir nuestra vida y nuestro desarrollo sobre la roca de la autenticidad y purificar nuestras hipocresías.

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