sábado, 8 de diciembre de 2012

Su agonía y nuestra comunión


Mat 26:36 Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro. 

Mat 26:38 Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo.  

Jamás podremos comprender totalmente la agonía de Cristo en el jardín de Getsemaní, pero al menos no debemos malinterpretarla. 
Es la agonía de Dios y el hombre en una persona, frente a frente con el pecado.
No podemos aprender sobre el Getsemaní por medio de la experiencia personal. Getsemaní y el Calvario significan algo totalmente único: Son la puerta de entrada hacia la vida para nosotros.
No era por la muerte en la cruz que Jesús estaba en agonía en Getsemaní. De hecho, Él declaró enfáticamente que había venido con el propósito de morir. Su temor era que no pudiera pasar por esta lucha como el Hijo del hombre. Él sabía que la pasaría como el Hijo de Dios y Satanás no podía tocarlo allí. Pero el ataque era para que nuestro Señor no la atravesara por nosotros únicamente como el Hijo del hombre, lo cual hubiera significado que Él no se podía convertir en nuestro Salvador (Heb 9:11  Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, 
Heb 9:12  y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. 
Heb 9:13  Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos,(M) y las cenizas de la becerra(N) rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne, 
Heb 9:14  ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo? 

Heb 9:15  Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto,[a] para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna.). Lee el relato de la agonía en Getsemaní a la luz de la tentación que había sufrido en el desierto. Cuando acabó toda tentación el diablo, se aparto de él por un tiempo,Luc 4:13  Y cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se apartó de él por un tiempo. 
. Y regresó al Getsemaní pero fue vencido una vez más. En este lugar se presentó su ataque final contra nuestro Señor como Hijo del hombre. La agonía en el jardín fue la del Hijo de Dios en cumplimiento de su propósito como Salvador del mundo. El velo se descorre para revelar todo lo que le costó a Él para que nos fuera posible llegar a ser hijos de Dios. Su agonía es la base de la simplicidad de nuestra salvación. La cruz de Cristo fue un triunfo para el Hijo del hombre. No fue sólo una indicación de que nuestro Señor había triunfado, sino que lo había hecho para salvar a la raza humana. Gracias a lo que el Hijo del Hombre sufrió, ahora todo ser humano puede llegar a la presencia de Dios.
Oswald Chambert


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