Levanta tu rostro con firmeza
y echa mano del gozo de Jesús
en medio de tu tribulación,
que escrito está
que en el punto más bajo de tu vida,
es cuando el poder de Dios
se manifiesta de la manera más grande y maravillosa.
Espéralo, es seguro.
Dios nunca falla.
Tú sigues siendo su hijo amado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario