sábado, 8 de diciembre de 2012

Cuando regalamos Amor


Años atrás, un amigo mío castigó a su pequeña hija de tres años por malgastar un rollo de papel para envolver regalos. El dinero escaseaba, y se puso furioso al ver que la niña trataba de envolver una caja para colocarla debajo del árbol de navidad.
A pesar del contratiempo, la niña tomó el regalo al otro día y se lo dio a su padre mientras le decía: Esto es para ti, Papi.
Él se sintió avergonzado por su reacción del día anterior pero, su ira volvió a salir al abrir la caja y ver que estaba vacía. Le amonestó, ¿Tú no sabes que cuando se le da un regalo a alguien debe haber algo adentro?
La niña, llorosa, lo miró y le dijo: Papi, no está vacía, soplé besos en la caja y la llené de mi amor; todo para ti.
El padre se desmoronó. Abrazó a su hijita y le imploró que lo perdonara. Mantuvo esa caja dorada al lado de su cama por años. Cada vez que se sentía frustrado, él sacaba un beso imaginario de la caja y recordaba el amor de su hija que lo puso allí. En cierto sentido, a cada de uno de nosotros como padres, se nos ha dado un envase dorado lleno de amor incondicional y besos de nuestros hijos. No hay posesión más hermosa que cualquiera pudiera atesorar.


No hay comentarios:

Publicar un comentario