miércoles, 19 de diciembre de 2012

Vivir es caminar.

Pero... ¡hay tantos caminos! Sí, hay muchos, pero es absolutamente necesario acertar con el que debemos seguir. Si tomamos una senda equivocada, no llegaremos a nuestro destino.
Tal vez sea ancha y espaciosa, cuesta abajo, fácil de recorrer. Pero si no es la verdadera, nos llevará sin duda a donde nunca quisiéramos llegar. Y lo que más importa es llegar a la meta, al Cielo, a la unión con Dios. Si no llegamos, nuestra vida será una vida perdida, un fracaso rotundo. Vivir es caminar. Y tú vas de camino. Pero, ¿vas por el camino acertado? Es ésta una cuestión que debes plantearte seriamente. Está en juego tu vida y tu eternidad. Ahora que te has puesto al habla con Dios, ahora que Dios te mira y tú le miras, ahora que estás a solas con Él, hazle esta pregunta: Señor, ¿Tú estás contento con mi vida? ¿Voy por el camino que Tú quieres? Y con sinceridad de corazón, escucha su respuesta...


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